Este pensamiento que es un mito, una creencia errónea que tenemos porque lo hemos escuchado muchas veces, nos puede crear problemas con nuestra pareja en el momento que sentimos menos deseo. Tenemos que saber que el deseo y la pasión disminuyen en todas las parejas. Eso no significa que cuando perdemos el deseo se haya perdido para siempre, si no que podemos volver a recuperarlo.
El deseo se puede perder por muchos motivos como son el estrés, algunos medicamentos, la rutina, el cansancio, etc. Pero vivimos en una sociedad en la que se le da excesiva importancia a la pasión, y pensamos que cuando ya no hay deseo es que ya no queda amor, por eso muchas veces nos divorciamos y buscamos nuevas pasiones que nos hagan sentir vivos. Muchas personas vuelven a casarse con la excusa de haber perdido la pasión, y cuando llevan un tiempo con la nueva pareja les vuelve a suceder lo mismo, puesto que con el paso del tiempo el deseo en todas las parejas va disminuyendo, por el simple hecho de habituación. Es fundamental usar la creatividad y la novedad para la recuperación del deseo en cualquier pareja. Las parejas suelen pasar por distintas etapas, la primera es la del enamoramiento (donde es más intensa la pasión), para pasar a una etapa más madura de confianza e intimidad con la pareja, y en la última etapa es en la que se suele consolidar el compromiso.
El nivel de deseo irá fluctuando a lo largo de la relación, según las distintas circunstancias y fases por las que pase la pareja, y es bueno que recordemos que eso es totalmente normal.