El amor no se trata de posesión, el amor se trata de apreciación.

Si amas a una mujer o a un hombre no lo atrapes, no lo poseas, porque dejará de ser la persona de la que os enamorasteis. Al principio de una relación cada persona es libre, cada persona tiene su independencia, sus propios pensamientos y su forma de actuar. En el momento que empezamos a querer a alguien, a tomarle cariño, a desearla…y esa persona empieza a ser para nosotros la persona con la que queremos compartir nuestra vida, comienzan los miedos.Y si me deja,  y si se va con otro/a, y si me quedo solo/a… y esos “y si…” son los pensamientos que nos causan ansiedad porque anticipan hechos que podrían pasar y que nos dan miedo que ocurran, y que son los que nos llevan a querer poseer a nuestra pareja.

Nosotros actuamos según nuestros pensamientos, por lo que ese tipo de pensamientos nos hace actuar cortándole las alas al otro, poniéndole muchos límites, utilizando amenazas…pensando equivocadamente que eso significará que esté con nosotros para siempre. Lo que termina ocurriendo es que al final la persona a la que admirábamos nos parece otra persona, su autoestima es probable que disminuya, su vida es menos interesante y por lo tanto nuestra vida en pareja no es tan satisfactoria como antes.

Cada pareja pone sus límites y normas, pero si atamos demasiado a alguien, es probable que lo que consigamos al final sea que esa persona quiera escapar. Si por el contrario tus pensamientos son de confianza y amor pleno, permitirás a tu pareja ser quien es, y seguir desarrollándose y autorrealizándose, de manera que seguirás admirándolo, aspecto fundamental para amar a una persona. Esto no significa no tener acuerdos entre la pareja y un compromiso con ella, al contrario, el compromiso y la confianza suelen ser más intensos, por lo que no tienes la necesidad de atar a tu pareja. Eso no quiere decir que esa persona te ame siempre, tenemos que entender que las parejas pueden romper por muchos factores, y que si esto ocurre tendremos que afrontarlo y aceptarlo. Pero ten en cuenta que ese tiempo que vivas con tu pareja será de disfrute, de intercambios positivos y no de rencor y reproches, por lo que os sentiréis más  felices y más agradecidos, aspectos muy importantes para que una pareja funcione bien.

Una persona que se sienta libre para vivir y realizar sus sueños, querrá más a la persona que le acompañe en cada uno de sus pasos, pasos necesarios para llegar a sentirnos realizados con nosotros mismos. Y la felicidad que esto nos causa la querremos compartir con nuestra pareja.